“La congregación de más de diez personas en un lugar, representa un riesgo de contagio”, advierte en diálogo con El Ciudadano la presidenta de la Sociedad Chilena de Epidemiología, Sandra Cortés.
Este lunes 16, justo cuando el Presidente Sebastián Piñera comunicaba que Chile había ingresado a la fase 4 del Coronavirus (Covid-19), dado que los infectados se duplicaron en un día, alcanzando las 156 personas, el Ministerio de Salud (Minsal) ponía en marcha el Plan Nacional de Vacunación Invierno 2020, que inicia con la tercera edad.
Es decir, justo en momentos “en que se produce circulación viral y dispersión comunitaria de esta enfermedad” -como dijo aquel día Piñera- y en que se prohibía cualquier evento con más de 50 personas (con duras penas a infractores), cerca de un millón de chilenas y chilenos fueron sometidos a aberrantes aglomeraciones en consultorios y hospitales.
Esto, en circunstancias que, sin una segunda opinión, todas las definiciones científicas determinan que el “distanciamiento social” es la principal forma de evitar la propagación desenfrenada de la pandemia viral. Según fuentes oficiales, 902 mil personas fueron vacunadas aquel día.
En entrevista con El Ciudadano, la presidenta de la Sociedad Chilena de Epidemiología (Sochepi), Sandra Cortés, señaló que aunque “es necesario vacunar a las personas de los grupos de riesgo, se puede mejorar la forma en que se realiza este proceso”.
En ese sentido, espetó: “La congregación de más de diez personas en un lugar, representa un riesgo de contagio”.
La también profesora del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile puntualizó que “si se quiere romper la tendencia al alza de los contagios, tenemos que ser un poco más vehementes, sobre todo en restringir el desplazamiento de las personas”.
Según la académica, en los países que se han tomado medidas fuertes y restrictivas en relación con el contacto de las personas, “hemos visto que la curva (de contagio) se aplana”.
Es decir, dijo lo que toda la comunidad chilena ya sabe pero que Piñera y el ministro de Salud, Jaime Mañalich, se niegan a escuchar.
Pese a que la doctora Cortés reconoció que es inevitable que aparezcan más casos, sostuvo que lo importante “es que la tendencia aumente de manera paulatina” y no como ocurre ahora.
Por lo mismo, indicó que son necesarias más medidas restrictivas y que “la gente se quede en su casa de manera tranquila” y “sin presión desde sus fuentes laborales”.
Duros cuestionamientos ciudadanos
Por otra parte, los usuarios de redes sociales han criticado fuertemente al Gobierno por la desorganización en el proceso de vacunación, apuntando directamente al ministro Mañalich.
Junto a una imagen que resulta horrorosa y que registra a cientos de personas apelotonadas en una pequeña sala de espera de un Cesfam, la mayoría ancianos, pero también adultos y hasta guaguas, el reconocido economista de Cenda Manuel Riesco disparó por la red del pajarito:
“Basta! Irresponsables que provocaron esta situación de evidente multiplicación de contagio en grupos más vulnerables… deben ser identificados y sancionados ejemplarmente. Ministro debe renunciar @jmanalich”.
“Hoy partió campaña de vacunación contra la influenza en grupos de riesgo (adultos mayores, embarazadas, enfermos crónicos y niños menores de 5a) y el Cesfam está LLENO. Así con la separación por #CoronaVirusEnChile #coronavirus”, posteó por su parte @LaBoleto.
Vacunación versus contagio
El internacionalmente prestigiado médico forense Luis Ravanal sostiene respecto a la concurrencia masiva de personas de la tercera edad a centros de vacunación contra el virus de la influenza, que “en las circunstancias actuales de pleno desarrollo de la pandemia por Coronavirus (COVID-19), invariablemente constituye una exposición real de contagio por Coronavirus, siendo este el grupo de mayor riesgo, dada la mayor tasa de mortalidad registrada en este grupo etario a nivel internacional”.
Ravanal, que es “gobernador” de la Asociación Mundial de Medicina Legal, indica que “desde un punto de vista objetivo”, la campaña de vacunación “es contradictoria”.
Fundamenta: “Considerando que en el caso de Coronavirus las campañas internacionales y nacionales recomiendan el aislamiento, la convocatoria masiva a los centros de vacunación constituye un riesgo previsible de contagio”.
El tanatólogo complementa su análisis explicando que dicha vacuna no otorga “ningún tipo de protección o inmunidad en contra del Coronavirus, por cuanto son virus completamente diferentes”.
En efecto, ante la falta de información y el poco acceso que la mayoría de los ancianos tiene a fuentes diferentes a las que brinda la opaca televisión chilena, muchos adultos mayores acudieron a los consultorios en masa, sin tener la información en orden a que esta vacuna entregada por el Estado no los ayudaría ante la amenaza del Coronavirus.
Luis Ravanal reconoce que la vacunación contra la influenza estacional podría tener utilidad para los servicios de salud durante la pandemia por Coronavirus debido a que “teóricamente”, al reducir los recursos y medios para atender a los casos infectados con Coronavirus, al reducir el número de pacientes que cursen con influenza, se aliviaría la carga asistencial.
No obstante, concluye: “Poner en la balanza la concurrencia multitudinaria a vacunación contra la influenza, versus el mayor riesgo de contagio por Coronavirus en la tercera edad, no aguanta mayor análisis: lo primero es un previsible riesgo de contagio de una grave enfermedad que actualmente tiene una elevada tasa de mortalidad”.
Por lo mismo, expresa que “es indispensable revisar las políticas sanitarias en la emergencia actual, debiendo informar a este grupo de personas o a quienes se encargan de su cuidado del riesgo, que al concurrir masivamente a los centros de vacunación, el contagio es posible y el riesgo previsible y prevenible”.
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